¿Cómo comienza el ciclo de la Violencia de Género? Señales que debes saber
Las fases que componen el ciclo de Violencia de Género
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La violencia de género es una forma de violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de serlo, y que se manifiesta en diferentes ámbitos y formas: física, psicológica, sexual, económica, etc. Se trata de un problema social que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, y que tiene graves consecuencias para su salud, su bienestar y su dignidad. La violencia de género no surge de la nada, sino que se genera y se mantiene en el seno de una relación de pareja, en la que el agresor busca dominar, controlar y someter a la mujer. Para ello, utiliza diferentes estrategias y recursos, que van desde la manipulación, la intimidación, el aislamiento, la culpa, el chantaje, hasta la agresión física o sexual. Veamos cómo comienza el ciclo de la Violencia de Género y las señales que debes saber.
¿Cómo comienza el ciclo de la Violencia de Género?
¿Cómo se llega a la situación de la Violencia de Género? ¿Qué factores favorecen que una mujer se quede atrapada en una relación de maltrato? ¿Qué señales pueden alertarnos de que estamos ante un caso de violencia de género?
Para responder a estas preguntas, es necesario comprender el llamado ciclo de la violencia de género, un modelo teórico que explica cómo se desarrolla y se perpetúa la violencia en la pareja, y que consta de tres fases: tensión, explosión y arrepentimiento.
Fase de tensión
La fase de tensión es la primera etapa del ciclo de la violencia de género, y se caracteriza por un aumento progresivo de la tensión y el malestar en la relación. El agresor muestra cambios bruscos de humor, actitudes hostiles, críticas, desprecios, amenazas, celos, exigencias, etc. hacia la mujer, que se siente cada vez más insegura, confusa, asustada y culpable.
La mujer intenta calmar al agresor, complacerle, evitar los conflictos, justificar su comportamiento, minimizar la gravedad de la situación, etc. Cree que puede controlar la situación y que el agresor cambiará si ella hace lo que él quiere. Sin embargo, la tensión sigue aumentando, y la mujer se siente cada vez más atrapada, aislada y dependiente del agresor.
Fase de explosión
La fase de explosión es la segunda etapa del ciclo de la violencia de género, y se caracteriza por el estallido de la violencia y la agresión. El agresor pierde el control y descarga toda la tensión acumulada, golpeando, insultando, humillando, violando, etc. a la mujer, que se siente aterrorizada, impotente, herida y humillada.
La mujer puede intentar defenderse, escapar, pedir ayuda, denunciar, etc. o puede quedarse paralizada, sometida, resignada, etc. En esta fase, la mujer toma conciencia de la gravedad de la situación, y puede buscar apoyo externo, como familiares, amigos, profesionales, etc. Sin embargo, también puede sentir vergüenza, culpa, miedo, amor, etc. por el agresor, y dudar de dar el paso de romper la relación.
Fase de arrepentimiento
La fase de arrepentimiento es la tercera etapa del ciclo de la violencia de género, y se caracteriza por el cambio de actitud del agresor, que pasa de la violencia al remordimiento. El agresor se disculpa, pide perdón, llora, se muestra cariñoso, atento, comprensivo, etc. con la mujer, que se siente aliviada, esperanzada, ilusionada, etc.
El agresor busca excusas para justificar su conducta, como el estrés, el alcohol, los problemas, etc. y hace promesas de cambio, de ir a terapia, de no volver a hacerlo, etc. La mujer cree en sus palabras, le perdona, le comprende, le ayuda, etc. y vuelve a confiar en él.
Esta fase se conoce también como la luna de miel, porque se restablece la armonía y la paz en la relación, y la mujer recupera la ilusión y la esperanza de que todo puede mejorar. Sin embargo, esta fase es la más peligrosa, porque es la que mantiene el vínculo entre el agresor y la víctima, y la que impide que la mujer salga de la relación.
¿Cómo romper el ciclo de la violencia de género?
El ciclo de la violencia de género se repite una y otra vez, cada vez con más frecuencia e intensidad, hasta que la única fase que queda es la de la explosión. La violencia se vuelve cada vez más grave y peligrosa, y puede llegar a causar la muerte de la mujer.
Por eso, es fundamental romper el ciclo de la violencia de género, y para ello, es necesario que la mujer tome conciencia de su situación, que sepa que no es culpable, que no está sola, que tiene derechos, que puede salir de la relación, que hay recursos y ayudas a su disposición, etc.
Para romper el ciclo de la violencia de género, la mujer debe seguir los siguientes pasos:
- Reconocer que está siendo víctima de violencia de género, y que no se trata de un problema de pareja, sino de un problema social.
- Buscar información sobre la violencia de género, sus causas, sus consecuencias, sus señales, sus recursos, etc.
- Pedir ayuda a personas de confianza, como familiares, amigos, vecinos, etc. que puedan apoyarla, escucharla, acompañarla, etc.
Contactar con profesionales especializados en violencia de género, como psicólogos, abogados, trabajadores sociales, etc. que puedan orientarla, asesorarla, protegerla, etc. - Denunciar al agresor ante las autoridades competentes, como la policía, el juzgado, etc. que puedan detenerlo, juzgarlo, condenarlo, etc.
- Alejarse del agresor, cortando todo tipo de contacto con él, y evitando cualquier situación que pueda poner en riesgo su seguridad o la de sus hijos e hijas.
- Iniciar un proceso de recuperación, en el que pueda sanar las heridas físicas y psicológicas, recuperar la autoestima, la confianza, la autonomía, etc. y reconstruir su proyecto de vida.
Romper el ciclo de la violencia de género no es fácil, pero tampoco es imposible. La mujer debe saber que tiene la fuerza y el valor para hacerlo, y que cuenta con el apoyo y la solidaridad de muchas personas e instituciones que están dispuestas a ayudarla. La violencia de género no es un destino, sino una realidad que se puede cambiar.
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